Este mes, los sindicatos de la Ciudad de Nueva York organizaron una recepción de $250 la entrada en el hotel Midtown Hilton en honor a su “compromiso por brindar oportunidades y promover la diversidad”. El evento fue apoyado por una campaña publicitaría lanzada por el BCTC (Consejo de los Sectores de la Construcción).
Todo formó parte de un astuto intento por mejorar la imagen anticuada y deslucida de los sindicatos del sector de la construcción. Sin embargo, una mirada más profunda a los datos salariales de los sindicatos de la ciudad, sin mencionar los de sus directivos, sugiere que todavía tienen un largo camino por recorrer.
Existe una historia bien documentada sobre la discriminación de trabajadores no blancos en los sindicatos de la construcción de la Ciudad de Nueva York. En un informe realizado en 1993 titulado: “Construyendo barreras”, la Comisión de Derechos Humanos de la ciudad informó que los trabajadores no blancos del sector de la construcción debían esperar más tiempo para ser ascendidos de puestos de aprendices a puestos más elevados de jornaleros con mejores salarios (de acuerdo con las leyes estatales de prevalecencia salarial que tendían a seguir el modelo y las tarifas salariales de los contratos sindicales, los aprendices del sector de la construcción reciben un salario menor que un jornalero, y las diferentes clases de trabajos tienen diferentes tarifas salariales).
Hoy en día, los sindicatos de la construcción se jactan de haber dejado de construir barreras y se promocionan como fuentes de oportunidades para las minorías de la Ciudad de Nueva York. Un aviso publicitario, por ejemplo, alega que el 65% de sus aprendices locales pertenecen a minorías étnicas. Sin embargo, es una rara estadística para destacar, dado a lo que sabemos sobre los salarios más bajos de los aprendices y esto nos hace preguntarnos quiénes están ganando los salarios mejores pagos de jornaleros. Los datos de la Dirección de Censos sugieren que existe una razón por la cual el BCTC promociona los altos porcentajes de afroamericanos y miembros de otras minorías étnicas: los puestos mejores pagos de jornaleros son ocupados en su mayoría por trabajadores blancos.
A pesar de que la Dirección de Censos no nos puede brindar una información más detallada con respecto a los salarios de los miembros de cada sindicato, sí nos brinda un claro panorama sobre la tarifa horaria percibida por los trabajadores no sindicados de la construcción en la Ciudad de Nueva York. Éstas muestran una pronunciada diferencia salarial: mientras que los trabajadores no sindicados blancos ganan en promedio $29,44 por hora, los trabajadores afroamericanos ganan $23,70. Esto representa una diferencia del 20% con respecto a sus colegas caucásicos.
Es cierto que cerca del 25% de los trabajadores sindicados de la construcción en la Ciudad de Nueva York son afroamericanos, lo cual se acerca bastante al índice general de la ciudad. Pero esto deja al sector de la construcción cerca de las últimas posiciones en cuanto a diversidad laboral sindicada. Por ejemplo, el sector de la salud posee un 53% de empleados afroamericanos, mientras que el del transporte posee un 43%. Incluso los sectores minoristas y de servicios alimenticios, los cuales fueron tildados de discriminatorios por otros sectores laborales, se ven mejor en comparación.
Si los sindicatos de la construcción desean mejorar su “machista, pálida y rancia” reputación, por citar una frase usada por el ex presidente de la SEIU (Unión Internacional de Empleados de Servicios), Andy Stern, deberían comenzar por mejorar sus índices de diversidad. Los 21 miembros del directorio de la BCTC encajan perfectamente con la descripción de machistas, pálidos y rancios. El Centro de Información Sindical, una organización que presido, colocó recientemente un aviso publicitario de una página en un periódico de Nueva York en relación a esto. En respuesta, el BCTC trató de cambiar de tema.
Nadie es perfecto, pero los sindicatos de la construcción son objeto a ser juzgados de hipócritas cuando sus líderes usan términos como “siervos” para describir a los competidores no sindicados al tiempo que tratan de ocultar su propia diferencia salarial basada en el origen étnico de sus empleados. Como expertos en la construcción, debería saber bien que dentro de una casa de vidrio no se deberían lanzar piedras.
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